ESTIMULACIÓN INFANTIL

La estimulación infantil o atención temprana consiste en proporcionar al bebé y al niño las mejores oportunidades de desarrollo físico, intelectual y social para que sus capacidades y habilidades le permitan ser mejor de lo que hubiera sido sin ese entorno rico en estímulos intelectuales y físicos de calidad.
La estimulación temprana incluye un conjunto de actividades que pueden ser aplicadas desde el nacimiento hasta los 6 o 7 años del niño, franja de edad con mayor plasticidad cerebral. No solamente conviene aplicarla a niños sanos sino también a niños con trastornos reales o potenciales en su desarrollo, para así estimular sus capacidades compensadoras. Las madres y padres que reciben la adecuada información son los que obtienen mejores resultados con sus hijos, aunque también hay diversas guarderías y escuelas de ciclo inicial que realizan actividades de estimulación temprana en sus aulas. Glenn Doman y sus Institutos para el Logro del Potencial humano en Filadelfia, han sido los grandes precursores de la estimulación temprana.

10 CONSEJOS PARA UNA BUENA ESTIMULACIÓN
1. La estimulación temprana se debe entender como un juego, un momento lúdico y divertido que pasaremos con nuestro hijo.
2. La estimulación temprana se basa en otorgar a los niños y niñas experiencias enriquecedoras para su desarrollo. No se trata de que reciban un bombardeo de estímulos confusos.
3. No hay que forzar en ningún momento al niño para hacer los ejercicios estimuladores. Si no le apetece, o el juego no le parece divertido, lo dejaremos inmediatamente.
4. La estimulación temprana no crea “superniños”, sólo ayuda a mejorar y potenciar los aprendizajes futuros.
5. No se trata de hacer las cosas por el niño/a. Es primordial que él o ella adquieran los aprendizajes, puesto que, entre otras cosas, nuestra intención es crear la facultad de autonomía e independencia que precisan los pequeños.
6. Es necesario dejarle explorar y actuar según sus necesidades. No podemos dirigir todas sus acciones.
7. El tiempo que dediquemos a la estimulación ​del bebé debe estar relacionado con la edad y con las características de los niños. Sin embargo, por lo general, con 20 ó 30 minutos diarios, es suficiente.
8. No todos los niños siguen el mismo desarrollo, ni el mismo ritmo.
9. La aprobación de los padres no puede depender de sus aprendizajes. Es más necesario el cariño y el afecto por parte de los padres, que la desaprobación por no saber hacer algo.
10. Es preciso reforzarle en todos los aprendizajes. La única forma saludable de aprender es a través del cariño, no con la obligación.

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